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La importancia de la hidratación para evitar golpes de calor

El verano suele ser esperado por muchos, por las vacaciones, las salidas al aire libre, etc., pero los días de altas temperaturas pueden transformarse en un gran riesgo para la salud, si no estamos atentos e informados.

El golpe de calor es el incremento de la temperatura corporal como consecuencia de una exposición prolongada al sol, a altas temperaturas o a la realización de un esfuerzo físico intenso en ambientes calurosos, muy húmedos o con poca ventilación.

Ante estas situaciones, el cuerpo sufre importantes pérdidas de agua y tiene dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la sudoración, produciéndose, como consecuencia, un aumento de la temperatura corporal.

Cuando el cuerpo alcanza una temperatura de más de 40 °C (durante periodos de 10 ó 15 minutos), estos mecanismos reguladores del calor, quedan superados y entran en shock, produciéndose entonces, el temido golpe de calor.

La falta de hidratación es una de las causas que lo provoca, por lo que unido a lo anterior, es muy importante que dotemos al organismo del agua necesaria para poder hacer frente a ese calor y manteniendo una sudoración constante para controlar la temperatura corporal.


Es fundamental saber cuáles son los primeros síntomas de un golpe de calor para poder reaccionar a tiempo de la forma adecuada:
+ Piel enrojecida, caliente y seca
+ Sed intensa y sequedad en la boca
+ Sudoración excesiva
+ Sensación de calor sofocante
+ Temperatura mayor a 40 °C


Para prevenir golpes de calor y permanecer adecuadamente hidratados, especialistas recomiendan:
+ No esperar a tener sed para beber agua
+ Es conveniente beber 8 vasos de agua diarios (entre 2 y 3 litros)
+ Se recomienda beber antes, durante y después de realizar cualquier actividad física.
+ Acostumbrarse a beber agua antes de salir de casa
+ A las mujeres embarazadas o en época de lactancia se les recomienda beber 3 litros de agua cada día.